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Ser feliz es uno de los deseos más anhelados hoy en día. En el 2018 World Happiness Report” encontramos que en EEUU los ingresos por cápita se han doblado desde 1972, sin embargo, la felicidad (o el bienestar subjetivo) casi no ha variado o incluso ha disminuido. Paradójicamente, cuando más ha evolucionado todo, más comodidades existen, es cuando nos sentimos más infelices. ¿Pero por qué parece ser tan difícil ser feliz? ¿Qué es la felicidad? He encontrado esta definición de Sonja Lyubomirsky que coincide bastante con lo que yo entiendo por felicidad: “La experiencia de la alegría, la satisfacción o el bienestar, combinada con la sensación de que tu vida es buena, significativa y que vale la pena.”

Pero esta definición no tiene por qué coincidir con lo que tú entiendes por felicidad, quizás para ti felicidad sea paz, tranquilidad, salud… Así que más que preguntarnos qué es la felicidad, quizás es más interesante preguntarnos cómo puedo ser más feliz.

Hay estudios sobre la felicidad que sugieren que el 50% de la felicidad está determinada genéticamente, un 10-20% está determinada por lo que llamamos “circunstancias de la vida” como la edad, la salud, la educación, el trabajo, si tienes pareja… y el resto está muy influenciado por tus pensamientos y el modo como actúas.

Gandi decía: ”Cuida tus pensamientos, porque se convertirán en tus palabras. Cuida tus palabras, porque se convertirán en tus actos. Cuida tus actos, porque se convertirán en tus hábitos. Cuida tus hábitos, porque se convertirán en tu destino.»

Vale, entendido que tengo margen de maniobra para poder ser más feliz, ¿pero por dónde empiezo?

En mi opinión hay un primer paso, absolutamente necesario, para que puedas ser más feliz: Aceptar que sentirás emociones dolorosas, como SER HUMANO VIVO que eres. ¿Sabes quien no experimenta ansiedad, decepción, tristeza,…? Los muertos. Así que, si experimentas esas emociones dolorosas, ¡es señal de que estás viva!

En segundo lugar, tal y como sugiere Gretchen Rubin, la autora del libro «The Happiness Project», es importante aumentar tu nivel de energía. Si te sientes cansada y fatigada es muy improbable que realices ninguna acción que te lleve en la dirección de ser más feliz, en cambio, cuando te sientes enérgica, sí tienes el estado de ánimo para emprender acciones nuevas. Entonces te preguntarás: «¿Y cómo hago para aumentar mi energía?»

  • Dormir al menos 7 horas cada noche. Sí, es muy obvio, pero cada vez las personas duermen menos y peor. Socialmente parece muy “guay” dormir 4 horas al día, pero los estudios científicos demuestran que las personas que duermen menos de 7 horas al día tienen peor humor, peor memoria y su sistema inmunológico queda afectado.
  • Hacer ejercicio. Nos hemos convertido en una sociedad sedentaria y no fuimos creados para ser sedentarios, sino para ser físicamente activos. Nuestros ancestros caminaban una media de 12 km al día. ¿Cuánto caminas tú al día? No necesitas entrenarte para un marathon, pero sí al menos caminar 15’ cada día. Si tu excusa es “estoy demasiado cansada para hacer ejercicio”, con más razón tienes que moverte, hacer ejercicio te da energía y te permite descansar mejor por la noche.
  • Realiza acciones diarias y simples que influyan en tus emociones. Por ejemplo, algo tan sencillo como hacerte la cama cada día por la mañana o cantar una canción cada mañana, te conectan con un sentimiento de empezar bien el día. ¡Pruébalo!

En tercer lugar, cultiva la gratitud. No esperes a que algo terrible suceda para darte cuenta de todo lo bueno que tienes. Suele pasar que apreciamos la salud cuando estamos enfermas, o apreciamos la vida cuando algún ser cercano fallece. Te sugiero que dispongas de un diario de gratitud donde cada noche, antes de ir a dormir, anotes 3-5 cosas, grandes o pequeñas, de las que te sientas agradecida. Hay estudios que demuestran que esta pequeña acción diaria de 3’ incrementa tus niveles de felicidad, te hace más optimista, más sana, generosa…

Y por último, pero la clave de la felicidad según Gretchen Rubin, haz que tus relaciones sean una prioridad. Somos seres sociales que anhelamos poder confiar, pertenecer, recibir y dar soporte, conectar… pero CARA A CARA. Gretchen Rubin dice: «La tecnología es un buen sirviente, pero un mal master. Es cierto que tiene muchísimas cosas buenas, pero como toda medicina, puede convertirse en un veneno.» Con el aumento de las redes sociales sólo tienes que pasarte por Instagram para inmediatamente compararte con un extraño y sentirte infeliz porque tu vida no es tan maravillosa como la de esa persona… Pero esto de las redes sociales es otro tema… A lo que iba, que no hay ningún emoticono que pueda sustituir el ver el sentimiento de una persona cara a cara. Así que queda con tus amigos y familiares, aunque sea para tomar una taza de té. Tener algo que esperas con ilusión te hace ser más feliz. Y disfruta de ese tiempo estando presente con esas personas, y no estando a la vez al teléfono o tecleando mensajes. El tiempo de calidad del que disponemos es otro predictor de la felicidad.

Y parar terminar, ¿eres de las que piensan que querer ser más feliz es un acto egoísta? La ciencia demuestra que las personas felices están más interesadas en los problemas de las personas de su entorno y en los problemas del mundo. Cuando uno es infeliz, es muy fácil estar a la defensiva, aislarse y preocuparte de tus propios problemas. Así que la mejor forma de ayudar a los demás es sintiéndote más feliz tú primero.

“La felicidad es un viaje, no un destino”. Y el mejor momento para comenzar ese maravilloso viaje es AHORA.

Así que, ¿vas a dejar de quejarte y a poner en práctica alguno de estos consejos?

Ah, y no olvides contarme qué te ha parecido este post, si te ha sido útil, si estás de acuerdo, si tú tienes otras prácticas para ser más feliz… Estoy deseando leerte. ¡Te deseo mucha felicidad!

Mónica

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