Hayas celebrado mucho o poco la época navideña, es casi inevitable no haberte excedido algo en tu ingesta de alimentos, alcohol, dulces y eso sumado a que quizás te hayas movido menos hace que comiences el año con esa sensación de desequilibrio y empacho 🤢. Y por esa razón, a estas alturas del mes sólo puedes pensar que necesitas un detox después de Navidad y más todavía si las palabras “dieta detox”, “retiro detox”, “detox tecnológico” inundan tu bandeja de entrada y tus redes sociales, como si todos necesitáramos desintoxicarnos de algo o de todo…
El uso que se le ha dado a la palabra detox en el entorno wellness hace que al escucharla inmediatamente la asociemos con zumos depurativos, no comer, ayuno intermitente, etc. Pero OJO con intentar recuperar el equilibrio perdido en Navidad a base de seguir ahora una dieta drástica de sólo zumos depurativos… Es posible que tu intención sea eliminar toxinas (incluso algún kilito), pero también es posible que tu detox se asemeje más a una dieta yoyo… Y supongo que conoces los efectos de las dietas yoyo (lo que puedas perder, lo recuperarás en breve e incluso con creces 😔).
¿Qué significa en realidad la palabra detox? Oficialmente detoxificar o depurar es el proceso a través del cual eliminamos las toxinas del cuerpo. Nuestro cuerpo realiza esta función por sí solo cada día, principalmente a través de dos órganos: el hígado y los riñones. Y no sería justo hablar de depurar sin mencionar a los intestinos y al sistema digestivo en general.
Entonces quizás te haya asaltado la pregunta: “Si mi cuerpo elimina las toxinas diariamente, ¿para qué necesito un detox?”
Nuestro estilo de vida y la alimentación nos hace estar sobreexpuestos a las toxinas y llega un momento en el que nuestro cuerpo no puede procesar tantos pesticidas, contaminantes, fármacos, ¡incluso el alto nivel de estrés!
Yo particularmente no soy amante de las dietas detox y mucho menos ahora en Invierno porque pienso que un detox en estas épocas del año va energéticamente en contra de lo que el cuerpo necesita para combatir el frío. Lo veo mucho más apropiado en Primavera, donde el cuerpo, al igual que la Naturaleza, comienza a abrirse energéticamente y está más preparado para depurar los efectos del Invierno.
Con lo que sí estoy plenamente de acuerdo es en introducir cambios en tu manera de alimentarte y en tu forma de vida que favorezcan el detox natural de tu cuerpo, que puedan ser mantenidos a lo largo del tiempo (alimentarte sólo de zumos no es algo que puedas mantener) y que además esos cambios no sean una fuente de restricciones, privacidades y tensiones (eso sólo te producirá más estrés).
Reflexiona sobre tu día a día: ¿Duermes lo suficiente? ¿Realizas actividad física de forma periódica? ¿Bebes más café que agua? ¿Forman parte de tu nutrición los alimentos integrales, las verduras o las algas, por ejemplo? ¿Te sientes estresada?
Seguramente en las respuestas a esas preguntas encontrarás algo que puedes mejorar para ganar salud, pero te dejo igualmente algunos consejos para restablecer o crear los hábitos que te proporcionan equilibrio:
- Empieza el día con agua tibia y zumo de medio limón. Los limones son unos alimentos muy alcalinizantes, lo que significa que si hemos acidificado nuestra sangre con una dieta de excesos, esta bebida en ayunas nos ayudará a equilibrar el nivel de pH de nuestra sangre.
- Evita los alimentos refinados, los azúcares añadidos, el alcohol, así como los procesados (como menos comida empaquetada compres, mejor).
- Cocina comidas sanas y nutritivas con alimentos integrales, así como frutas y vegetales coloridos que te aportarán fibra (para un correcto tránsito intestinal) y antioxidantes (que te ayudan a reducir la inflamación). Añade también alimentos fermentados como la kombucha, el miso, los pickles, el kefir… (te aportarán probióticos que te ayudarán a tener una flora intestinal más sana y en consecuencia, un sistema inmunológico más fuerte).
Ahora que estamos en Invierno, para cenar puedes experimentar con las cremas de zanahoria, de calabaza, de boniato, añadiendo hierbas y especies como la cúrcuma, el jengibre, el comino… Además de que están deliciosas, son muy nutritivas y te reconfortan en las frías noches.
- Hidrátate bebiendo agua. El café, los zumos, el té y otras bebidas que no son puramente agua no sirven para hidratar tu cuerpo adecuadamente. El agua es una manera muy fácil y económica de limpiar tu organismo y además, tener un nivel de hidratación en el cuerpo adecuado te ayudará también a reducir los antojos.
Muchas veces confundimos la sensación de sed con la de hambre y comemos cuando lo que deberíamos haber hecho era beber agua.
- Haz limpieza en la despensa y en la nevera, deshaciéndote de todo aquello que no esté alineado con tu intención de restablecer o crear equilibrio en tu cuerpo. Asegúrate de tener a partir de ahora opciones de comida saludables y muchas verduras verdes.
- Planifica las comidas, las decisiones de último minuto no te decantarán hacia la comida nutritiva.
- Elimina toxinas moviéndote y esto no significa machacarte en el gimnasio hasta quedar exhausta. Puedes caminar, correr, hacer yoga…
- Practica el mindfulness, vive este proceso de crear o recuperar hábitos saludables con atención plena, permaneciendo presente cuando vas a la compra, decides el menú, cocinas, masticas, haces la digestión, así podrás detectar lo que funciona para ti y lo que no, y serás consciente del proceso de tu transformación hacia un estado de mayor energía y felicidad.
¿Se te ocurre una mejor forma de pasar a la acción para conseguir los propósitos de este 2022 que empezar a nutrir tu cuerpo y tu mente con una alimentación y un estilo de vida saludable?
¿Qué opinas tú de los detox a principios de año? ¿Has hecho alguno, cómo ha sido tu experiencia? Me encantará leerte.